Liderazgo efectivo en el 2021

Liderazgo efectivo en el 2021

Hemos concluido un año muy difícil para todos, donde las situaciones y circunstancias, han traído consigo un conjunto de demanda para el liderazgo. El escenario cotidiano cambió, por lo tanto, la manera de hacer ha tenido que venir cambiando. El reto de insertarnos en estos nuevos tiempos ha sido un desafío extra para los líderes. Mucho de nuestros éxitos o fracasos en el 2020, tuvieron que ver con nuestra capacidad de insertarnos en el nuevo escenario; buscando novedosas maneras de ser efectivos en medio de las necesidades de las personas que ministramos.

El año que acaba de comenzar, se hace presente, con sus propios desafíos. Las transformaciones económicas, que vaticinan un nuevo panorama financiero, en el cual debemos seguir haciendo la Obra de Dios. Ante esta realidad el liderazgo cristiano no tiene otra cosa que marchar hacia delante, creyendo y confiando en el Dios que le llamó y en el poder del Mensaje que proclamamos.

En medio de los desafíos del nuevo año procuremos desarrollar un liderazgo efectivo.

¿Cómo desarrollar un liderazgo efectivo en medio de los desafíos del nuevo año?

            Aunque hablamos anteriormente de un nuevo escenario, de la necesidad de insertarnos de manera creativa, la respuesta a esta interrogante es bien antigua y se encuentra en la Palabra inmutable de Dios. El resto de hoy es como aplicar los principios eternos de una manera contextual a la realidad de este nuevo año.

I-Desarrollando un conocimiento personal de Dios.

            Este es el primer principio que todo líder cristiano necesita para enfrentar los desafíos de su tiempo. Las épocas cambian, pero el Dios de los cielos permanece en su eterno Kairos ejerciendo dominio sobre los tiempos (Sal 90:2 NVI). Por lo tanto, se hace necesario conocer su voluntad para entender los tiempos y movernos en medio de ellos.

            Todos los hombres de Dios de las Escrituras, que sirvieron como líderes, cultivaban una profunda relación con Dios. Era precisamente de Dios de dónde provenía la visión y motivación para cumplir la misión que tenían por delante. Todos estos líderes tuvieron que batallar con circunstancias difíciles, pruebas y tentaciones; pero fue en Dios donde hallaron la fuerza para seguir adelante y acabar la carrera.

            Ex 6:1-3 nos muestra la respuesta divina ante la búsqueda de Moisés. Dios se reveló de una manera especial y particular a Moisés. Cada líder que busca a Dios va recibir refrigerio para su ministerio. Dios le va revelar facetas de su persona y tratos que le van a servir de aliento y sostén para los momentos más duros de la tarea que les ha encomendado. Moisés descendió del Monte Sinaí con el brillo de la presencia de Dios en su rostro, ese mismo brillo se encuentra en un líder cuando invierte tiempo en buscar a Dios. Ese mismo brío está ausente cuando un líder huye del encuentro de su Señor. 

David era un hombre que cultivaba una amistad especial con Dios (Sal 5:3; 55:17; 63:1). La mayor parte del libro de los Salmos es el registro de las experiencias con Dios de David. Si buscamos a Dios desde lo más profundo de nuestro muchas de las experiencias espirituales del Salmista se verán atemperadas en nuestras vidas. Daniel  oraba tres veces al día (Dn 6:10,13). Jesús fue el mayor ejemplo en buscar al Padre. Dios el Hijo no concebía su vida o ministerio lejos de la comunión con Dios el Padre (Mr.1:35).

“No hay nada que Dios no esté dispuesto hacer por la persona que depende él.”[1] “La eficacia en el liderazgo público está determinada por la vida privada del líder”.[2] Por lo tanto, la búsqueda privada de Dios por parte de un líder afectará y determinará su proyección pública. “Cada ministro, antes de que tome parte de predicar el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, debe estar dispuesto a decir: el Espíritu del Señor  está sobre mí  porque me ha ungido a predicar el Evangelio”.[3] Se hace necesario la llenura de la presencia y el conocimiento de Dios antes de hablar en el nombre de Dios.

II-Haciendo del servicio una prioridad.

El servicio entregado no es una alternativa para el líder, es un imperativo divino. La vida y ministerio de Jesús, fue una vida de completo servicio (Mr10:45), de entrega y ese debe ser el referente de todo aquel que quiere tener un liderazgo efectivo en el 2021. Sin esta actitud de servicio, el líder esta desconectado de las personas y se convierte simplemente en un dirigente. Jesús enfatiza: que el servicio es el que verdaderamente hace grande a los líderes (Mat 20:25-28).

“El verdadero líder sirve. Sirve a la gente. Sirve a sus mejores intereses y al hacerlo no siempre será popular, y quizás no siempre logre impresionar. Pero debido a que los verdaderos líderes están motivados por el interés amoroso más que por un deseo de gloria personal, están dispuestos a pagar el precio”.[4]

El termino prioridad describe la manera en la que el liderazgo cristiano debe concebir y desarrollar su trabajo en pos del Señor y de su pueblo. Como líderes hemos recibido un llamado a realizar una misión inaplazable. Ninguna tarea o interés de este mundo debe disociar o desenfocar a los líderes de ir en pos de la misión que el Señor ha puesto en nuestras manos. Sabemos que nuestro trabajo en el Señor no es vano, sino es de gran estima delante de los ojos divinos (1 Co 15:58).

“Yo hice un pacto solemne con Dios que mientras yo viviera, yo nunca tendría otro negocio o profesión o llamado más que sólo predicar el Evangelio –dar mi vida completamente a eso, hundirme o nadar, vivir o morir, sobrevivir o perecer, y regresar a cualquier otro nunca, nunca, nunca por siempre”.[5] 

III- Estando Dispuestos a Sufrir.

El sufrimiento es uno de los compañeros inseparables del liderazgo cristiano. Muchos pueden pensar que liderazgo es sinónimo de comodidad, posición y privilegio; pero estas cuestiones tienen poco que ver con la realidad del Ministerio. Oswald Sanders uno de los más grandes maestros del liderazgo cristiano moderno expresó: “Aspirar al liderazgo en el reino de Dios requiere que estemos dispuestos a pagar el precio más alto del que los otros están dispuesto a pagar. El costo del liderazgo es oneroso, y cuanto más eficaz sea el liderazgo, tanto más alto será el precio”.[6]

El Apóstol Pablo presentó a los Corintios sus credenciales como Apóstol. Para sorpresa de muchos el curriculum vitae de Pablo no lo conformaban importes títulos, distinciones o reconocimientos y destacados puestos laborales; sino por el contrario estaba integrado por persecuciones, azotes y privaciones de todo tipo, a costa del avance del Reino de Dios (2Cor 11:16-29).

Cuando el Valiente por la Verdad de La Peregrina de Juan Bunyan recibió aviso de que pronto iría con Dios, dijo: «Voy a la casa de mi Padre; y aunque con mucha dificultad he llegado hasta aquí, no me pesan los trabajos y molestias que me ha costado llegar adonde estoy. Mi espada dejo al que sea mi sucesor en la peregrinación, y mi valor y pericia al que los pueda conseguir. Mis marcas y cicatrices llevo conmigo, para que testifiquen a mi favor de que he peleado las batallas del Que ahora va a ser mi Galardonador.[7]    

            En la pasada reunión de la Confraternidad de Pastores de nuestra Asociación, el Pastor Felipe de la Iglesia Bautista Getsemani de Miami dijo una frase proverbial: “El ministerio no es un cojín, sino un trajín”. Mis amados líderes, a movernos en medio de estos trajines estamos llamados, por lo tanto, tratemos que no se nos acabe el combustible.

            Estimados consiervos tenemos por delante un año de trabajo esforcémonos por buscar el rostro de nuestro Dios, por servirle a Él y a su pueblo, como un privilegio y gran responsabilidad; estemos dispuesto a sufrir por el progreso de su Obra, sabiendo que in día escucharemos: “Bien, buen siervo y fiel, entra en el gozo de tu Señor”.


[1] Rick Warren,  Liderazgo con propósito (Miami Fl: Editorial Vida, 2008), 30.

[2] Ibid.28

[3] John Wesley, cita tomada de Jimmy Draper, No te rindas antes que termines (EUA: HeartSpring mediw, 2015), 11.

[4] Eugene B. Habecker, cita tomada de John C. Maxwell, Las 21 cualidades indispensable de un líder,(Nashville, TN: Caribe-Betania, 1999), 77.

[5] B. H. Carroll, cita tomada de Jimmy Draper, No te rindas antes que termines (EUA: HeartSpring mediw, 2015), 15.

[6] J.Oswald Sanders, Liderazgo espiritual

[7] William Barclay, Comentario al Nuevo Testamento, Tomo 8 2a Corintios (Libros: El Tropical) 133.

Comparte en

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *