¡HAY QUE ESPERAR! CUANDO NO SE AVANZA

Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes. (1Pedro 5.7, NTV)

Escrito por: Pastor Lisvanis Morales Marcelo.

Uno de los momentos más desesperantes en la vida de una persona, puede darse cuando las cosas no salen en el tiempo previsto. Planificamos un tiempo y ajustamos nuestra mente a este. Raras veces estamos preparados para la espera.

·  LOS BUENOS Y LOS MALOS TIENEN QUE ESPERAR: El pueblo de Israel pasó por un momento así. Ellos esperaban cruzar el desierto y entrar progresivamente a la tierra prometida, pero la realidad fue otra: “hubo que esperar 40 años más de lo previsto”. Tanto la mala generación como la buena tuvieron que esperar. 13 »El Señor se enojó con los israelitas y los hizo vagar en el desierto durante cuarenta años hasta que murió la generación entera que había pecado a los ojos del Señor. (Números 32.13, NTV)

En la historia de la Biblia aparecen otros ejemplos de espera que pueden tener gran similitud contigo, tú que estás esperando un avance en el proceso de emigración, tú que tienes un hijo varado en algún país, tú que pensabas estar en 15 días en los Estados Unidos y llevas 30 sin moverte de lugar.

· LOS JUSTOS TIENEN QUE ESPERAR: Hubo un hombre llamado Simeón, 25 … Era justo y devoto, y esperaba con anhelo que llegara el Mesías y rescatara a Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él 26 y le había revelado que no moriría sin antes ver al Mesías del Señor. 27 Un día, el Espíritu lo guió al templo. De manera que, cuando María y José llegaron para presentar al bebé Jesús ante el Señor como exigía la ley, 28 Simeón estaba allí. Tomó al niño en sus brazos y alabó a Dios diciendo: 29 «Soberano Señor, permite ahora que tu siervo muera en paz, como prometiste. 30 He visto tu salvación, 31 la que preparaste para toda la gente. 32 Él es una luz para revelar a Dios a las naciones, ¡y es la gloria de tu pueblo Israel!». (Lc 2:25-32, NTV)

No te sientas culpable porque estás esperando, la espera en ocasiones es buena; te ayuda a ser más como Cristo en el proceso de emigración. La dependencia en tu Padre del cielo te ayudará a desarrollar un carácter más paciente y maduro. Tanto tú que estás en el camino como tú que esperas que llegue tu hijo, pueden desarrollar un carácter paciente en medio de la prueba. La prueba no es mala en sí misma, sino una oportunidad diferente para desarrollar un carácter maduro, similar al de Cristo.

¿Cuánto tiempo llevaba Simeón esperando el cumplimiento de la palabra de Dios? ¿Cuánto tiempo llevaba esperando la llegada de Jesús? ¡Toda su vida!

Permíteme decirte algo: “Dios te mostrará cuándo es el momento de moverte si te mostró cuándo era el momento de emigrar”.

El camino y las circunstancias que tendrás que atravesar contribuirán con un plan mayor en tu vida. Además de reencontrarte con tu esposo (a), hijo (a), papá (a) hay un plan superior en tu viaje, y Dios, quien te mostró el momento y el camino para salir, usará todas las circunstancias en el viaje, incluyendo la espera, para cumplir su propósito en ti. 

 Quizás digas: “Pero es mi hijo quien está en espera y no avanza, es mi nieto…” Hay una buena noticia para ti:

· DIOS TE DARÁ NUEVAS FUERZAS:  En cambio, los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán. (Isaías 40.31, NTV) Tú podrás volar por encima de la tormenta como las águilas. Con las fuerzas del Señor tú pasarás este tiempo de pruebas y saldrás como un vencedor por el nombre de Cristo.

· DIOS ESCUCHARÁ TU CLAMOR: En ocasiones las cosas no suceden según lo previsto, es en esos momentos de desespero y agonía en que debemos aprender a “esperar en Dios”.

El rey David, hablando de un momento como el que estás viviendo dijo: Con paciencia esperé que el Señor me ayudara, y él se fijó en mí y oyó mi clamor. (Sal 40.1, NTV)

La paciencia siempre te va a llevar a depender más de Dios. Cuando tienes que esperar comienzas a depender. Tus planes pueden disolverse, pueden desmoronarse, pero el Señor usará la espera como un maestro para su respuesta. Una vez fui joven, ahora soy anciano, sin embargo, nunca he visto abandonado al justo ni a sus hijos mendigando pan. (Salmo 37.25, NTV)

Quiero darte un mensaje de paz: ¡TRANQUILO, ESPERA EN DIOS! Él no te va a dejar ni a desamparar. Dios ama a tu hijo (a), a tu papá (a)… Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes. (1Pedro 5.7NTV)

Reflexiona en esto: Hoy estás pasando un tiempo muy difícil. Hay miedo, incógnitas sin resolver, desesperación, dudas… Todos esos sentimientos están dando vueltas en tu cabeza y estás en agonía. Tú fe está colapsando al punto de llegar al pánico ¿Crees que Dios no te escucha o se olvidó de ti? 15 … ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho? ¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz? Pero aun si eso fuera posible, yo no los olvidaría a ustedes. 16 Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos. (Isaías 49.15,16, NTV)

¡TRANQUILO, ESPERA EN DIOS! Dios no te ha abandonado, no te va a dejar en este momento. Él es tu Padre y no te dejará solo en esto. Su ayuda estará disponible para ti. La promesa hecha a Jeremías (33:3) contiene un principio aplicable para todos los que claman a Dios: “El Señor responde a los que claman a él”.

Dios te bendiga. ¡No te desanimes! Pasarás el tiempo de espera y en Dios encontrarás un castillo fuerte para refugiarte. En mi desesperación oré, y el Señor me escuchó; me salvó de todas mis dificultades. (Salmo 34.6, NTV)

Oración: Señor, pongo todas mis preocupaciones y ansiedades en tus manos, tú cuidas de mí y de mi familia. En el nombre de Jesús. Amén.

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