Devocional

EL GRUPO PEQUEÑO/LA IGLESIA DE LA FAMILIA DEL EMIGRANTE

Conozco la historia de cuatro hermanos que estaban haciendo una caminata a lo largo de la costa. Había un área de precipicio. Uno dijo, «Voy a subir este precipicio.» Sus hermanos eran más sabios y ascendieron por donde estaba más seguro. Él subió sólo. Ellos no podían verlo. Subió aproximadamente a la mitad y una piedra no lo pudo sostener y se cayó. Resbaló y cayó aproximadamente 20 pies entre dos cantos rodados por la erosión y las olas estaban entrando. Cayó y no podía moverse por 15-20 minutos aproximadamente. Pensó que estaba paralizado. Finalmente se levantó y caminó de regreso a donde su familia estaba acampando. Su mamá supo inmediatamente que algo estaba mal.

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EL RUIDO. LAS HISTORIAS DE OTROS

Los científicos nos dicen que el cerebro humano tiene una capacidad de dos millones de megabytes, lo que nos dice que tenemos mucho espacio para crecer en la vida. Una de las cosas más gratificantes y útiles que podrías hacer este año es trabajar en el desarrollo de tu mente y en la manera de enfrentar la vida. Donde no hay visión (sentido de dirección), el pueblo se extravía. El miedo y la parálisis no llegan por la ausencia de bienes, sino por la usencia de dirección. Alguien dijo: “Demasiados de nosotros meramente existimos porque nos hemos conformado con menos de lo que Dios desea”. Tu visión y el esfuerzo que pongas en cumplirla determinarán la calidad de tu vida. No te desanimes si ves que tu visión no se cumple. Nunca se ha creado nada extraordinario de buenas a primeras, aun la creación misma tuvo un proceso de 6 días de trabajo; el séptimo fue en el que Dios descansó. Pablo dijo: “Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo.” (Filipenses 3.14, TLA)

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EL SILENCIO QUE TE DESESPERA

El silencio tiende a ser irritable. Muchas veces cuando somos ejercitados en él, tenemos la tendencia a la fuga de emociones que muestran nuestra irritabilidad. Algunos se fuman un cigarro, otros caminan de aquí para allá; los casos más graves tienden a sufrir un cambio en el humor o en la personalidad. ¿Cuándo voy a salir de aquí? ¿Alguien podría contestarme? ¿Dónde está mi guía? ¡quiero hablar con él!… Son algunas de las preguntas que muestran lo irritados que estamos cuando el silencio premia, cuando quisieras moverte y nadie sabe por qué no lo hacen.