NO DESPERDICIES TU DOLOR

“El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado.” (Salmos 34:18, NTV)

Escrito por: Pastor Moises Pérez Pérez.

Las pérdidas son reales y constantes en nuestra vida, ahora, no todas ellas provocan la misma conmoción en nuestro ser. Ej. En nuestro propio organismo vivimos un ciclo de pérdidas que nos da vida.  Cada 3 segundos mueren y a la vez son reemplazadas 50 mil células. Quizás nadie sea afectado emocionalmente por esta realidad. Pero ¿qué de las pérdidas de seres queridos? La única razón por la que tienes emociones, es porque Dios tiene emociones; fuiste creado a imagen de Dios. “…maldice a quienes Dios creó a su propia imagen.” (Santiago 3.9, NTV) La razón por la que sufres es porque Dios se aflige. El Dios encarnado se duele con los humanos.  “Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos…” (Marcos 6.34, RVR60) Entonces Jesús lloró.” (Juan 11.35, NTV) y estamos hablando de Jesús encarnado, que es Dios mismo.  “Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.” (Colosenses 2.9, NTV) No podemos desperdiciar el dolor (y más que vivimos en un mundo caído en donde prima el dolor). ¡Usémoslo!

· Dios puede usar tu dolor para mostrar su gloria. Para hacer evidente su misericordia, su fidelidad, su poder y su amor en medio de circunstancias dolorosas. “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.” (Juan 9.1–3, RVR60)

· Tú dolor puede purificar tu fe. Nuestra fidelidad en medio de la prueba es un acto de adoración. “para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,” (1 Pedro 1.7, RVR60)

· Tú dolor puede acercarte a Dios. “De hecho, esperábamos morir; pero, como resultado, dejamos de confiar en nosotros mismos y aprendimos a confiar sólo en Dios, quien resucita a los muertos.” (2 Corintios 1.9, NTV)

· Puedo usar mi dolor para acercarme a los demás. “De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.” (1 Corintios 12.26, RVR60) “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” (Gálatas 6.2, RVR60)

· El dolor nos lleva a ser dependientes de Dios. Pablo reconoció que su aguijón en la carne sirvió para alejarlo de la jactancia, y promovió una verdadera humildad y dependencia de Dios. “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera;” (2 Corintios 12.7, RVR60) “Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus estatutos.” (Salmo 119.71, RVR60)

· Puedes usar tu dolor para dar testimonio al mundo. “Además, mis amados hermanos, quiero que sepan que todo lo que me ha sucedido en este lugar ha servido para difundir la Buena Noticia. Pues cada persona de aquí —incluida toda la guardia del palacio— sabe que estoy encadenado por causa de Cristo;” (Filipenses 1.12–13, NTV)

· Puedo usar mi dolor para ser más como Cristo. “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;” (Hebreos 5.8, RVR60)  “Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación. Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos. Mediante el sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda verse en nuestro cuerpo.” (2 Corintios 4.8–10, NTV) “Fíjense lo que ha producido en ustedes esta tristeza que proviene de Dios: ¡qué empeño, qué afán por disculparse, qué indignación, qué temor, qué anhelo, qué preocupación, qué disposición para ver que se haga justicia! En todo han demostrado su inocencia en este asunto.” (2 Corintios 7.11, NVI)

· Puedo usar mi dolor para procurar un mayor anhelo de la venida de Cristo. “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” (Apocalipsis 21.4, RVR60)

Oración: Señor, ayúdame a poder sacar provecho de este mi sufrimiento, y que pueda ser usado para impactar la vida de otros. En el nombre de Jesús. Amén.  

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