“Tengo mucho más que decirte, pero no quiero hacerlo con pluma y tinta, porque espero verte pronto, y entonces hablaremos cara a cara.” (3 Juan 13–14, NTV)
Escrito por: Pastor Moises Pérez Pérez.
Cuando uno llega a una avanzada edad, no quiere ni dinero, ni posiciones; simplemente lo que uno quiere es estar rodeado de las personas que más uno quiere. Pero tu realidad es que hoy la emigración impidió esto. La tecnología nos ha acercado mucho, pero a su vez nos ha separado más. La comunicación en la época de mis abuelos era por cartas, la de mis padres era por E-mail y ahora en nuestro tiempo es por WhatsApp u otras aplicaciones de comunicación. Hoy quiero animarte a que escribas una carta en papel y que se la escribas a ese ser querido que ha emigrado. Incluso, puede ser que decidas enviársela o no, quizás sea una carta de desahogo para ti, pero te animo que la escribas y luego decidas si enviarla o quemarla.
Al hablar de escribir, tengo que mencionar algunos pasajes que aluden a escritura hechas por el propio Dios. En el tiempo de Daniel, en el capítulo 5 se habla sobre un suceso de la vida del rey de Babilonia, Belsasar, donde dice: “De pronto, vieron los dedos de una mano humana que escribía sobre la pared blanqueada del palacio del rey, cerca del candelabro. El propio rey vio la mano mientras escribía” (Daniel 5.5, NTV) “»Este es el mensaje que se escribió: Mene, Mene, Tekel y Parsin. Y el significado de las palabras es el siguiente: Mene significa “contado”.(…) Tekel significa “pesado”. (…) Parsin significa “dividido”.(…) (Daniel 5.25–28, NTV) ¿Sabes que ya Dios ha escrito en otros momentos, un mensaje de justicia y de gracia?
Dios escribe los mandamientos (Justicia): “Luego el Señor le dijo a Moisés: «Sube al monte para encontrarte conmigo. Espera allí, y te daré las tablas de piedra en las que he escrito las instrucciones y los mandatos para que puedas enseñar al pueblo».” (Éxodo 24.12, NTV)
Jesús escribe en el suelo (muestra su misericordia, su gracia): “Intentaban tenderle una trampa para que dijera algo que pudieran usar en su contra, pero Jesús se inclinó y escribió con el dedo en el polvo. Como ellos seguían exigiéndole una respuesta, él se incorporó nuevamente y les dijo: «¡Muy bien, pero el que nunca haya pecado que tire la primera piedra!».” (Juan 8.6–7, NTV)
Al pedirte que escribas a tu hijo, nieto, hermano o a quien haya emigrado, te lo digo para que escribas un mensaje quizás de recuerdos significativos tuyos con él. Puede ser cuando lo cargabas en tus brazos, aquel viaje a la playa, aquel cumpleaños, etc… y a su vez le escribas un texto de justicia y de gracia.
Cuando escribes dices cosas que quizás no puedas decir cara a cara. “Pues algunos dicen: «Las cartas de Pablo son exigentes y fuertes, ¡pero él en persona es débil y sus discursos no valen nada!».” (2 Corintios 10.10, NTV) El ratico que ves a tu hijo, a tus nietos por internet no vas a “dar la nota discordante”, pero hay algunas cosas que tienes que decirle o recordarle.
Trasciende. Muchos libros de la Biblia son cartas. “Yo, Pablo, (…) escribo esta carta junto con nuestro hermano Timoteo…” (2 Corintios 1.1, NTV) Cuando cambies de teléfono, puede ser que se borre todos tus chats de conversaciones, pero una carta en papel, de tu propia mano, de tu caligrafía, con tu olor, eso es algo diferente, emotivo y trascendente. Yo tengo como un regalo de mucho valor, todas las cartas del tiempo de noviazgo entre mi esposa y yo.
En la carta recuérdale dos cosas importantes.
Somos una carta de recomendación y hago constar. “La única carta de recomendación que necesitamos son ustedes mismos. Sus vidas son una carta escrita en nuestro corazón; todos pueden leerla y reconocer el buen trabajo que hicimos entre ustedes.” (2 Corintios 3.2, NTV) Habrá momentos donde no se le podrá preguntar a otros sobre tu vida, simplemente tu propia vida reflejará quién tú eres. Tus acciones, puntualidad e integridad reflejarán tu recomendación, (que de alguna manera es el resultado de tu vida derramada sobre él).
La Biblia nos llama “cartas vivas”: “Es evidente que son una carta de Cristo que muestra el resultado de nuestro ministerio entre ustedes. Esta «carta» no está escrita con pluma y tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente. No está tallada en tablas de piedra, sino en corazones humanos.” (2 Corintios 3.3, NTV)Tenemos que ser un mensaje vivo. Recuérdale que no solo está representando a tu apellido, sino que también está reflejando a su Creador.
Oración. Señor, tú sabes todo lo que quiero decir, tú sabes cómo me siento y tú sabes mis preocupaciones. Ayúdame a escribirle una bendición para mis hijos o nietos y a su vez que pueda recordarles por las circunstancias que en un momento la vida los puede llevar. Que cuando les llegue ese momento, hayan aprendido de mí cómo enfrentarlo. En el nombre de Jesús. Amén.