“»¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos como amigos.” (Apocalipsis 3.20, NTV)
Escrito por: Pastor Moises Pérez Pérez.
Pasó el Covid-19, más de 2 años sin reunirnos juntos, luego viene la crisis económica, llega la lucha del Código de la Familia y ahora chocamos con la emigración. Como iglesia estamos muy afectados. Vivimos en un país sin esperanza y a su vez, nosotros como seres sociales somos afectados por esta desesperanza de vida. Permanecer esperanzados y enfocados en esta nación, demanda una dependencia y consagración a Dios absoluta. Ahora, como iglesia ¿qué vamos a hacer o como saldremos de esta crisis?
Recuerda lo que Dios hace para con su pueblo hoy.
Dios es dador de la vida. Si hoy ves que la iglesia a la que participas está muriendo, es tiempo de actuar. “Esa es la razón por la que muchos de ustedes son débiles y están enfermos y algunos incluso han muerto.” (1 Corintios 11.30, NTV) Es tiempo de buscar en oración el rostro de Dios para que les dé una visión para movernos. “Donde no hay visión, el pueblo se extravía; ¡dichosos los que son obedientes a la ley!” (Proverbios 29.18, NVI)
Dios es el Señor de la iglesia y Él la sostendrá. “Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” (Mateo 16.18, LBLA) Aunque esta promesa es para la iglesia universal e invisible, Dios puede obrar y manifestar este milagro en tu iglesia hoy.
Dios es el que llama y capacita a siervos espirituales para que guíen y apacienten de la Iglesia. “Ahora bien, Cristo dio los siguientes dones a la iglesia: los apóstoles, los profetas, los evangelistas, y los pastores y maestros.” (Efesios 4.11, NTV) “Entonces nombraré pastores responsables que cuidarán de ellas, y nunca más tendrán temor. Ni una sola se perderá ni se extraviará. ¡Yo, el Señor, he hablado!” (Jeremías 23.4, NTV) Sería preocupante para la iglesia que tenga más obreros que mies, o a su vez que quiera desechar los obreros porque no los necesita la mies.
Siempre los obreros serán insuficientes, pero su fidelidad será permanente. “Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos».” (Mateo 9.38, NTV) “Si somos infieles, él permanece fiel, pues él no puede negar quién es.” (2 Timoteo 2.13, NTV).
Recuerda lo que nosotros tenemos que hacer como iglesia:
Tenemos la mejor armadura, pero necesitamos estar a la altura de esta para poder ser eficientes. “Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo.” (Efesios 6.11, NTV) Ni Iron Man puede con nosotros, pero estamos llenos de soldados incapacitados para usar esta armadura. ¿Estas ayudando a la iglesia a madurar en su fe? ¿Qué entrenamiento espiritual estás practicando hoy? ¿Usas toda la armadura o solo parte de ella?
Somos la única agencia que puede mover el ejército espiritual. “Por lo tanto, los ángeles sólo son sirvientes, espíritus enviados para cuidar a quienes heredarán la salvación.” (Hebreos 1.14, NTV) ¿Qué vas a ser con tal poder? “Entonces Eliseo oró: «Oh Señor, ¡abre los ojos de este joven para que vea!». Así que el Señor abrió los ojos del joven, y cuando levantó la vista vio que la montaña alrededor de Eliseo estaba llena de caballos y carros de fuego.” (2º Reyes 6.17, NTV) ¿Renunciaste a seguir conquistando reinos? ¿Le estamos arrebatando las almas al enemigo?
Somos el único pueblo que puede hablar con Dios. “Ora de la siguiente manera: Padre nuestro que estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre.” (Mateo 6.9, NTV) Dios habla con sus hijos y nosotros llegamos a ser hijos al aceptar a Cristo como nuestro Señor y Salvador. Al apropiarnos de su sacrificio, tenemos comunicación directa y permanente con Dios. ¿Para qué estás usando este recurso? ¿Qué espera Dios de ti?
Somos el único pueblo con guía segura. “Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad…” (Juan 16.13, NTV) ¿Qué te turba? ¿Qué te preocupa iglesia?
Iglesia, hoy es momento de hacer un clamor juntos por la sanidad de nuestra nación. La Biblia dice que Jesús está cerca de los quebrantados de corazón. “El Señor es como un padre con sus hijos, tierno y compasivo con los que le temen. Pues él sabe lo débiles que somos; se acuerda de que somos tan sólo polvo.” (Salmo 103.13–14, NTV) De hecho, Jesús dijo esto en su primer sermón público en su ciudad natal en Nazaret: “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;” (Lucas 4.18, RVR60) Eso es lo que Jesús vino a hacer. Él vino a sanar a los quebrantados de corazón. Quizás hoy como iglesia no tengamos que ser salvados del castigo eterno, pero si tenemos que ser salvados de circunstancias difíciles que estamos viviendo, y a su vez no podemos negar ni olvidar nuestra función de llevar este mensaje salvador y sanador a otros. “Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos.” (Marcos 16.15, NTV)
Quizás hoy como iglesia estemos caminando por el valle de la sombra (quebranto, pérdida de líderes, dolor por la separación de familias), voltea a ver a Jesús. Dondequiera que haya una sombra hay una luz. ¿Qué debo hacer para pasar a través del valle de sombra? Doy la espalda a la sombra y veo directamente la luz. Hoy en la oscuridad de tu dolor Jesús te dice: “…«Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida».” (Juan 8.12, NTV) Ven a los pies de Jesús, Jesús quiere ayudarte en tu quebranto y tu dolor. Él vino a sanar nuestros corazones rotos por el sufrimiento, y las pérdidas de este mundo caído y maltratado por el pecado.
Oración: Señor, tú conoces a tu iglesia y a su vez la amas más que yo. Devuélvenos el gozo de tu salvación y provoca un avivamiento en esta nación. En el nombre de Jesús. Amén.